ONDAS SOBRE EL HORIZONTE
Refulgen los rayos de esperanza en el punto donde la gama cromática pasa de fría a cálida. ¿Qué habrá más allá? Mi barco ruge de impaciencia por partir a lejanos horizontes en búsqueda de nuevos y enigmáticos paraísos.
En momentos como este las nubes parecen componer versos de la Canción del Pirata, de aquel al que llaman Espronceda. Palabras sobre libertad y rebeldía que me enamoran perdidamente. Si a eso le añades el amor del romanticismo oscuro ya me atrapas entre las frías olas de la naciente primavera.
El mar ondea continuamente su bello y majestuoso terciopelo alquimista. Un velo que cura todos los males, físicos y emocionales. Una barrera que nos separa de un mundo apasionante y variopinto. Suena una serenata entre las burbujas cargadas de dióxido de carbono en busca de la superficie.
El mar nos desnuda en muchos sentidos. Nos muestra la mejor faceta de nuestro cuerpo, borra cualquier maquillaje de nuestra personalidad y arrastra los sueños al exterior. Es un paraje mágico y místico que va siempre acompañado de un susurro casi orgásmico. Es mi más fiel compañero desde que recuerdo.
Ambos hemos ido creciendo conjuntamente y, pese a nuestras diferencias y similitudes, seguimos unidos por un vínculo de una hermandad que va más allá de la sangre y el agua salada. Es una conexión espiritual que me impide decirle nunca adiós.
Vuelve a saludarme con tu marea, viejo compañero. En este estivo deseo contemplarte y bailar contigo más que nunca. Recíbeme con tus algas abiertas. Y hagamos el amor en un océano de promesas y caprichos.
Tick, tack, heart attack
Kirby
Eric, entre que eras matemático/informático y esto me pones cachonda e.e
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