Aún se oye el lejano castañeteo estridente del cadáver que ahora yace postrado lateralmente entre matorrales. Unos ojos que antaño brillaron con una fuerza que competía con la del mismo sol y ahora son más opacos que el frío granito. Un dulce aroma embriaga a todo el que pasa, haciendo vomitar a unos y desear a otros.
Lentamente se acerca a la escena un león curioso y ávido de sangre. Parece estar interesado en el cadáver. Es un león joven: probablemente acabe de conseguir su independencia de la madre. Se aproxima lentamente hasta la posición exacta y comienza a proceder con su ritual de olisquear el alimento. Emite unos gruñidos de ligera satisfacción: parece ser que ha encontrado lo que buscaba.
Al final, tras un rato de examen, comienza a despedazar lenta y suavemente la carne del cuerpo mientras todos lo observan. Parece disfrutar de cada masticada, de cada bocado que lanza hacia su carne. Pero es el único que no sabe algo.
Esa carne, ese cadáver, ese alimento... Pertenecen a un viejo tigre fallecido por la edad y el cansancio. El león continúa engullendo como si le fuera la vida en ello. Aparecen las descoloridas vísceras: amargas y grasientas. Pero este felino no hace ascos a nada y prosigue con su rutina de nutrición.
Su boca y su pelaje se encuentran rojos por la sangre. Ha nacido un nuevo y sanguinario rey de la jungla... Alabémoslo.
Tick, tack, heart attack
Kirby
Necesito más clases de mates para intentarlo
ResponderEliminar