Tenía pensado hacer algo así para el día de La Rioja (9 de junio para los desconocedores) pero he preferido introduciros un poco a uno de mis grandes focos. Mi desilusión patriótica. Sí, eso de que no estás orgulloso o no te sientes vinculado a tu patria.
He vivido toda la vida en Logroño, capital de La Rioja, aunque he pasado los veranos en Cambrils, pueblo costero de Tarragona. Y ahora estudio en Zaragoza, capital de la provincia homónima. Esto, junto al turismo que he realizado a numerosos lugares (desde el bellísimo Llanes hasta la cálida Granada), me ha permitido observar numerosas cosas.
La primera, que mi ciudad es pequeña y tranquila. Eso está bien en cierta manera, ya que no existe el bullicio de las grandes urbes. Lo segundo, su situación en pleno valle del Ebro, entre sistemas montañosos. Tras tanto viajar sé que soy un chico de costa y vivir en un municipio de interior no ayuda nada.
Después le sigue la mentalidad tan cerrada de la mayoría de sus habitantes. Incluso entre la juventud. Vivo en una ciudad donde apenas hay grupos en los que clasificar a la población adolescente y joven adulta. Canis y chonis hay, pero pocos. Pijos, unos cuantos. Latinos (no hablo de la gente proveniente de Sudamérica sino de aquellos que siguen cierta cultura urbana) hay para dar y regalar. Otro tanto de amantes de la música de discoteca, con una moda basada en el monocromatismo de sus personalidades. Y una vestimenta demasiado repetitiva y enfocada a unos fines bastante simples.
Yo, que he sido algo cani, luego emo, después un poco hipster y ahora otaku alternativo me he visto siempre fuera de lugar. Mi vestimenta ahora pasa más desapercibida que antaño (en mi época emo, que apenas llevaba algo más aparte del negro y el gris) porque he metido algo de tonalidad a mi estilo (con claras preferencias de morado, azul y rojo, sobretodo el primero) pero aún así aún destaco por mis gustos frikis.
Sí, abordamos el frikismo, ese término tan usado últimamente. No seguir las dudosas modas actuales supone tener algún grado de frikismo. Añádele tener un interés parcial o total en la cultura japonesa y sus producciones (anime y manga) y ya te tachan de FRIKAZO.
Reconozco que siempre me ha dejado algo molesto que usaran esa palabra de forma despectiva cuando se referían a mí, pero allá ellos. Este mundo se basa en la multiculturalidad. Y si quieren vivir en una ciudad moderna deben entender este aspecto. En lugar de eso, se dejan llevar por pensamientos de objetivización del género femenino y por el narcisismo.
Si algo he sacado en claro después de más de diecinueve años viviendo ahí es que dejaré ese lugar atrás tarde o temprano. Zaragoza fue el primer paso, no me arrepiento. Hay buena gente en mi ciudad pero... La mayoría no lo es.
No veo Cambrils como un mal lugar para vivir, ya que Australia (Gold Coast para ser más exactos) se me antoja muy complicada por ahora. Siempre me ha encantado ese pueblo costero. Tranquilo y con gente muy abierta a la novedad. Y casa tengo. Pero si quiero dedicarme a la interpretación o trabajos semejantes en las embajadas, crudo lo llevo.
En fin... Basta de pensar por hoy.
Vais a comerme todos el NAP
Kirby
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