1 mar 2012

4 - VENTISCA EN LA METRÓPOLIS

Y el título de hoy es...

VENTISCA EN LA METRÓPOLIS



Yace mi corazón enterrado entre el polvo del frío terror. Ese blanco fantasma que ahoga mis pensamientos con su sábana de promesas insatisfechas. Noto cómo sus labios rozan mi piel: quiere chuparme toda la vida y toda mi entereza. Quiero apartarme de ese parásito y poder alimentarme de nuevo.

La gente pasa a mi alrededor sin pararse a mirar ni ayudar a un pobre joven consumido por la más negra de las ratas. Sus mordiscos traspasan continuamente mi desgastado y dolorido cuerpo en un intento de dañar lo que ya no se puede matar más.

Mis brazos continuamente rugen hacia las piernas de aquellos seres sin rostro, que continúan impasibles su camino llegando a pisar mis manos cuando estas fracasan en el intento. "Ayúdenme" es todo lo que alcanzo a decir. Palabras ahogadas por una ventisca cada vez más furiosa.

Es difícil ver. Alcanzar la siguiente baldosa se convierte en un desafío en el que entran en juego el orgullo, la resistencia, el espíritu y la esperanza. Cuatro pilares que separan mi desgastado cuerpo de la fría e invernal piedra.

Enfoca una llama a mi alma, que luce tenuemente bajo cien capas de mentiras. Rasga la falsedad de mi piel y alcanza la mano del niño interior, que llora desolado en su cuna orgánica. Grita mi nombre en la penumbra de la noche más larga jamás imaginada por el hombre. Deja que la ventisca de la metrópolis nos arrastre a un cruce de caminos. ¿Dónde? Eso no importa mucho.

Tick, tack, heart attack

Kirby

3 comentarios:

  1. Este blog es demasiado triste. ALEGRÍA AL CUERPO, HOMBRE.

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  2. Eric, tío bueno, coincido con Estela.

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  3. No es triste. Son pensamientos vomitados tal cual nacen. Si os soy sincero, no sé qué me dice mi subconsciente. Tan solo copio su mensaje.

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